La tarta de zanahorias es todo un clásico dentro
de la repostería que sigue manteniendo su popularidad como el primer día, y que
siempre está de moda a pesar de ser una tarta con muchos años de tradición.
Este pastel se elaboraba ya en la Edad Medía y la
inclusión de las zanahorias se produce debido a la falta de posibilidades que
tenían los hogares de encontrar azúcar y que unido al elevado precio de esta
obligaban a buscar un producto alternativo que endulzara sus pasteles, por lo
que la zanahoria, al contener más azúcar que otros vegetales, se convirtió en
la base principal de sus ingredientes. El pastel toma su auge en la II Guerra
Mundial debido al racionamiento que sufría Gran Bretaña, la zanahoria al no
encontrarse racionada formó parte importante de la repostería del momento y
popularizó el clásico “Carrot Cake” que hoy conocemos.
Su máxima expresión llega en 1960 cuando
empezaron a verse en restaurantes y pastelerías de Estados Unidos, fue toda una
novedad, y a la gente le gustó tanto que se convirtió en todo un clásico y que
a día de hoy sigue manteniendo del mismo modo, tanto allí como en Gran Bretaña.
Esta tarta de color anaranjado tiene una suave y
densa textura, más acentuada que un pastel normal debido a la inclusión de la
zanahoria, no creáis que sabe a zanahorias, no, pero si le aporta una textura
inigualable al pastel, así como un punto crujiente producido por las nueces de
pacana realmente maravilloso, podéis poner nueces normales si lo deseáis, pero
os diré que para mi gusto mucho más suave y ricas con las pacanas.
Como siempre el frosting juega a favor de él,
aquí no es tan popular pero si realmente lo queréis probar en todo su esplendor
mi consejo es que lo hagáis, si no os gusta nada de nada, con quitarlo es
suficiente, pero insisto, nada que ver sin él.
Es un pastel húmedo y jugoso, de sabor
inigualable, un sólo bocado de esta deliciosa tarta os dirá por qué se ha
convertido en todo un clásico y por qué sigue siendo todo un referente.
Ingredientes:
- 100 gr. nueces
- 340 gr. zanahorias
- 200 gr. harina de repostería
- 80 gr. harina integral
- 4 huevos
- 200 gr. azúcar
- 100 gr. azúcar moreno
- 240 ml. de aceite de girasol
- 4 rodajas de piña
- 2 cucharaditas de esencia de vainilla
- 1 cucharaditas de bicarbonato
- 2 cucharaditas de polvo para hornear
- 1/2 cucharadita de sal
- 2 cucharaditas de canela
Frosting:
- 300 gr. queso crema tipo Philadelphia
- 250 gr. azúcar glas
- 50 gr. Margarina sin sal
- 300 ml. nata Líquida
Preparación:
Ponemos
las nueces en una placa de horno y las tostamos en él, durante 8 minutos a 180º
de temperatura, las sacamos y las dejamos enfriar.
Seguidamente
vamos a preparar el corte de los ingredientes que lo necesita, por lo tanto en
la thermomix o en otro procesador de alimentos trituramos la zanahoria hasta
dejarla muy picadita, deben de quedar unos trozos pequeños. También picaremos
la piña y la dejaremos en cuadraditos pequeños, reservamos.
Una vez
que tengamos nuestras nueces tostadas, hacemos lo mismo en la thermomix o como
queráis, trituramos las nueces hasta dejarlas picadas en trozos pequeños.
En un bol,
ponemos la harina, el bicarbonato, la levadura, la sal y la canela para
integrar todos los ingredientes y que nos quede una mezcla homogénea.
En otro
bol, mezclaremos los huevos junto con el azúcar hasta que quede una masa blanca
y espumosa, luego añadiremos el aceite y la esencia de vainilla y seguiremos
batiendo hasta obtener una mezcla homogénea y ligera.
Ahora
mezclaremos los ingredientes líquidos con los secos hasta conseguir una masa
ligera, seguidamente añadimos la zanahoria, las nueces y la piña y los
mezclamos hasta integrarlos en la masa.
Ahora
esparcimos la masa en dos moldes engrasados de 23 cm cada uno (esto es
opcional, también podéis hacerlo en un único molde y cortar luego el bizcocho
por la mitad), lo introduciremos en el horno, ya precalentado a 180º y lo
dejaremos hacer 30 minutos * aproximadamente o hasta que pinchemos y veamos que
la aguja sale limpia.
* (Para la
opción de dos moldes, en caso de que sea en un único molde 1 hora)
Mientras
tenemos el bizcocho en el horno prepararemos nuestro frosting, pondremos en un
bol la mantequilla y el queso crema (a temperatura ambiente) y la batiremos con
unas varillas hasta conseguir que nos quede casi montado, continuamos
añadiéndole el azúcar y el extracto de vainilla hasta que nos quede una mezcla
uniforme y sin grumos, luego añadimos en varias tandas la nata que habremos
montado previamente y la iremos incorporando a la masa de forma suave y con
unas varillas.
Sacamos
del horno y lo dejamos enfriar. Una vez frío, ponemos una base de bizcocho,
otra de frosting y nuevamente otra capa de bizcocho, cubriremos la tarta con el
frosting y la meteremos en la nevera por espacio de 1 hora mínima antes de
consumirla, así el frosting habrá cogido consistencia y frescura.
Otra
opción si no queréis usar el frosting es decorarla con chocolate fundido para
lo cual necesitaremos:
- 250grs. de Chocolate para fundir
- 100grs. de margarina sin sal
El
chocolate lo trocearemos y lo pondremos junto con la margarina a derretir a baño
maría moviéndolo constantemente para evitar que se nos pegue hasta obtener una
mezcla homogénea; luego bañaremos nuestra tarta con esta mezcla.
Las
figuritas de zanahorias, flores y hojas son de fondant las cuales se las
agregué para darle un poco de colorido y vistosidad y como estamos en primavera
le quedan esplendidas con la temporada.
Espero que
les haya gustado esta nueva entrada a mi blog y que la disfrutéis.
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